La siempre controvertida pequeña Bárbara

Renovarse o morir. ¿Vuestra empresa se adapta a los nuevos tiempos con sus más que variables exigencias?

Corría los años cincuenta cuando una mujer visionaria, llamada Ruth Handler, se percató de que su hija Bárbara prefería dar un rol de mujer adulta a sus muñecas recortables, en lugar de colmar de mimos a aquellos falsos bebés de cerámica que llenaban sus estanterías. Mayor fue su sorpresa cuando en un viaje de ambas a Suiza en 1956, la niña se fijó en una pequeña muñeca adulta, de unos 30 centímetros de alto y con un aire más que sugerente. Se trataba de Bill Lili, una reproducción de una ilustración de la época que hacía las delicias de los hombres de cierta edad. Con esta anécdota nació la que a día de hoy es conocida como Barbie y con ella surgió la polémica.

La casualidad quiso que nuestra mujer emprendedora estuviera casada con uno de los fundadores de la marca Mattel, empresa mundialmente conocida por sus juguetes y de la que nuestra Ruth llegaría a ser la presidenta. Así que una vez de vuelta al hogar, se puso manos a la obra para crear una pequeña muñeca adulta, con unas formas menos irreverentes que la voluptuosa Lili y que haría las delicias de las niñas en todo el mundo. Como no pudo ser de otra forma, esta fue bautizada como Barbie, en honor a su pequeña hija Bárbara, y presentada en sociedad en la Feria del Juguete Internacional de Estados Unidos el 9 de marzo de 1959. Aunque Barbie no estuvo exenta de críticas en su primer año de producción se vendieron más de 350.000 muñecas.

Así fue como hasta el día de hoy Barbie ha sido objeto de la fructífera imaginación de tantas niñas, que después fueron madres y que disfrutaron jugando de adultas con sus hijas. Porque al fin y al cabo, fueras de Barbie o de Sindy, su principal competidora junto con otras muñecas como Chábel o Nancy en España, esta primera siempre será la hermana mayor por llegar antes al mundo.

Parece que es ahora, en el momento en el que el reinado de nuestra pequeña Bárbara llega a su fin, cuando la crítica vuelve a embargar a esta muñeca que debe pelear de nuevo por un hueco en la estantería de nuestros hijos. Su diseño no representa una imagen real del cuerpo de la mujer. El rol femenino que se le otorga no es un ejemplo del potencial que las mujeres trabajadoras y emprendedoras tienen a día de hoy. O, simplemente, puede que ya no solo las niñas juegan a muñecas, sino que el rosa haya dejado de ser un color exclusivo de nuestras pequeñas féminas y el azul de nuestros pequeños machos.

Renovarse o morir. Precisamente, Barbie ha decidido aplicarse el cuento este último año. Primero fue con una divertida campaña sobre cómo cada niña podía soñar lo que ella quisiera ser de mayor y cómo Barbie alimentaba ese imaginario desde una edad muy temprana.

Posteriormente, la marca rompió “el gran tabú” mostrando en uno de sus anuncios con más repercusión y en colaboración con Moschino que los niños también juegan con muñecas, porque a día de hoy no hay nada escrito. El anuncio, muy al estilo americano, se convirtió en viral consiguiendo que la muñeca en cuestión se agotase casi al instante de salir a la venta.

Finalmente, Barbie dijo que se había cansado de ser alta, rubia, delgada y con curvas poco reales, que prefería ser como tú y como yo. Bajita, de piel morena, rechoncha y con cuerpos de pera, reloj de arena o de triángulo.

 ¿Recuperará Barbie el control de las jugueterías? Solo el tiempo lo dirá. Lo que sí está claro es que, si lo consigue, dejará de ser un reinado autoritario para convertirse en una dirigente democrática de masas.

La pregunta clave es: ¿Vuestra empresa se está adaptando a los nuevos tiempos con sus más que variables exigencias? Pensadlo bien. No sea que vuestro destino sea el de quedarse simplemente en un pequeño escaparate de Suiza, pudiendo llegar a ser el líder de vuestro reino.

Recordad: renovarse o morir.