Reto aceptado

Estos días corre por Facebook un nuevo reto que nos invita a colgar una fotografía nuestra en blanco y negro para llenar esta red social de instantáneas contra el cáncer.

Desde el respeto a todas las personas que han querido mostrar su solidaridad de esta manera, les reconozco que no entiendo qué tienen que ver las churras con las merinas, ni he conseguido todavía desentrañar de qué manera nuestra mejor sonrisa sin color puede ayudar en algo a quien padece o ha sufrido esta enfermedad.

La iniciativa se ha vuelto viral, ya que insta a quienes dan “me gusta” a dichas fotos, es decir al “amigo” de turno, a que suba a su vez su instantánea para sumarse a esta campaña sin final feliz. Como ocurriera con la propuesta de lanzarnos un cubo de agua cuajado de cubitos de hielo, grabarlo en un vídeo y simular así que luchábamos contra un tipo de esclerosis múltiple, la realidad es que de intenciones no vive el hombre, ni con ellas se curan ni combaten enfermedades.

En teoría, aquella iniciativa que nos dejaba congelados tenía segunda parte: hacer un ingreso en una cuenta destinada a la investigación para plantar cara al ELA. Fuimos muchos los que pusimos “pasta” real y fuimos más allá del frío para entrar en calor con nuestra conciencia o coherencia. Eso sí, fueron más los que solo hicieron el paripé.

Durante una semana me mordí la lengua, no di “likes” a quienes publicaban “reto aceptado” e intenté obviar el tema. Pero cada vez más amigos míos, de los de verdad, de esos que aprecias, respetas y sabes que conocen de cerca el cáncer y que no son dados a caer en argucias ni trampas, escribían en mismo texto incoloro.

Así que decidí actuar y colgué esta foto en mi cuenta de Facebook personal añadiendo lo siguiente:

“Para mí aceptar el reto de luchar contra el cáncer no es solo poner en mi muro de #Facebook esta foto en blanco y negro. Es ser socia y parte de Ibiza y Formentera Contra el Cáncer, es estar en la organización y prensa de los eventos benéficos de la Asociación contra el Cáncer Elena Torres, y, en esencia, es plantar cara de forma activa cada día contra esta enfermedad.

Somos muchos los que hemos perdido parte de nuestras vidas, de nuestras familias y de nuestro alma por esta lacra, y la forma de ganar la guerra final contra ella es apoyar a las ONGs que sufragan las investigaciones que no financian nuestros gobiernos.

En las fotos estamos muy guapos, este reto es muy fácil, pero a quien le de «me gusta», yo le planteo otro más eficiente y real: hazte socio de cualquier Asociación o proyecto que actúe de verdad.

A día de hoy ya atesoro más de 100 corazoncitos y en mis ONGs no hay ni un solo socio más, y eso que en Ibiza y Formentera Contra el Cáncer la cuota anual solo es de diez euros.

Me encantaría que esta cadena tuviese una joya, la de cada persona que contribuyese de verdad contra el cáncer, donando médula o sangre, por ejemplo, que es más sencillo, y el 60 por ciento de esta se destina a este tipo de pacientes. Este artículo busca que las cadenas sean duraderas, que no se rompan y que cierren un círculo. Las redes sociales son un gran canal de comunicación que nos mantiene en contacto con cientos de personas con las que de otro modo perderíamos el trato, y por ello es estupendo que sean la herramienta desde la que se emprendan acciones solidarias o en beneficio de nuestro entorno.

Los peligros que lleva implícita es que en ocasiones se visten de “postureo” noticias falsas, o incluso de timos, cuando tal y como nos recuerdan desde la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), en ocasiones solo con dar “me gusta” a una publicación de este tipo, se pone en marcha una maquinaria de ingeniería social que permite a algunas empresas acceder a nuestros emails para enviarnos mensajes “spam”.

Según un estudio de la OSI, incluso, uno de cada tres usuarios de la Red son incapaces de distinguir bulos de noticias. Por eso yo les ruego hoy, este apacible domingo, desde esta atalaya, que acepten mi reto y se hagan socios o voluntarios de cualquier ONG o entidad que realmente luche por salvar vidas.